Texto: Alex Guerra -
Fotos: Marupua Hucke
Las canoas de doble
casco māori Te Aurere y Ngahiraka Mai Tawhiti que partieron de Rapa Nui en
diciembre 2012, llegaron el pasado miércoles 30 de enero a las costas de Moorea
(Archipiélago de la Sociedad, a 17 km de Tahití). La travesía había comenzado
el 17 de agosto de 2012 en Aotearoa (Auckland, Nueva Zelanda), desde donde las
canoas, atravesando 10.000 millas náuticas y haciendo uso de los métodos
tradicionales de navegación polinesia, llegaron a Rapa Nui el 1 de diciembre
del mismo año, noticia de la cual nos hacíamos eco. El viaje, además de
demostrar la relativa facilidad con que en el pasado los polinesios surcaban el
océano, tuvo un profundo significado cultural y espiritual, y fueron, en esa ocasión,
recibidos en la playa de Anakena de Rapa Nui a la antigua usanza, por una
comitiva que realizó una muestra de cantos y danzas tradicionales, para acto
seguido proceder a la colocación de los ojos a uno de los moai del ahu
Nau Nau, acto simbólico que fue un reflejo del sentimiento y la emoción que
contuvo la extraordinaria experiencia.
Te Aurere y Ngahiraka Mai Tawhiti llegando a Moorea |
No se tiene conocimiento
de que un viaje de estas características haya sido emprendido en tiempos
modernos, haciendo uso exclusivamente de los métodos tradicionales de
navegación (sin instrumentos ni técnicas modernas), por lo que este viaje
supone un gran reto. Las canoas waka
hourua construidas por Hekenukumai Héctor Busby, al ritmo que llevaban, se
esperaban desde el viernes pasado en Moorea. Pero los fuertes vientos
ciclónicos frecuentes en esta época del año, y una considerable avería en una
de las embarcaciones, las retrasó durante unos días obligándolas a permanecer
en el archipiélago de Tuamotu. El arribo fue recibido por gran parte de la
comunidad, pero sobre todo por los alumnos del colegio de la comuna de Paopao, Puna reo y te Pu o Atitia, que, al igual que en Rapa Nui, les recibieron con los tradicionales
cantos y bailes hoko ka uru te hami.
Haka matara! Kanko y Sera ejecutando el hoko ka uru te hami |
Parte de la tripulación
regresó el viernes 1 de febrero a Aotearoa (Auckland, Nueva Zelanda) en avión,
y otra parte permanecerá en Moorea a espera del fin de la temporada ciclónica, que
se calcula dure aún unos dos meses, después de los cuales, continuarán con su travesía
en una de las embarcaciones, por el océano hacia Rarotonga (Islas Cook), y de
allí, siguiendo hasta su tierra natal, para cerrar el triángulo polinésico.
Hoko ka uru te hami |
La exploración por parte
del hombre en el Pacífico se remonta a 40.000 años atrás, cuando los primeros
pobladores llegaron a Australia y Nueva Guinea. Milenios más tarde, gente
probablemente asiática (cultura Lapita) navegó hacia el este llegando hacia lo
que conocemos actualmente como Polinesia, estableciéndose específicamente,
según estudios recientes, primero en Nukuleka (reino de Tonga) hacia el 800-896
aC., momento a partir del cual continuó su expansión gracias a sofisticados
conocimientos técnicos de navegación, astronomía, vientos, patrones migratorios
de aves y ballenas, y corrientes marinas, llegando a surcar el océano hasta las
costas americanas, pasando por todas las islas del conocido como Triángulo
Polinesio (Hawaii-Rapa Nui-Nueva Zelanda).
Te Aurere y Ngahiraka Mai Tawhiti llegando a Moorea |
Cuentan las leyendas
māori, que hace unos mil años, el gran viajero polinesio Kupe realizó un viaje
épico por el Pacífico hacia una nueva tierra. Kupe tomó fragmentos del
conocimiento heredado de sus ancestros navegantes, y formó un singular mapa oceánico
para orientar a futuras generaciones en sus incursiones hacia una nueva tierra
llamada por su esposa Kuramarotini, Aotearoa. Vestigios del paso de Kupe por
esa tierra puede ser hallado en la toponimia de la Nueva Zelanda actual.
Te Aurere y Ngahiraka Mai Tawhiti llegando a Moorea |
En el universo rapanui,
el mito de Haumaka cuenta algo parecido. Un nativo de Hiva, isla mítica
originaria de los primeros rapanui, llamado Haumaka, tuvo un sueño en el cual
su espíritu viajó a una tierra lejana, buscando una residencia para el rey Hotu
Matu’a, llamando a ese lugar imaginario, Te Pito o Te Kainga un Hau Maka,
o sea, El pequeño fragmento de tierra de Hau Maka. Al escuchar esta
historia, Hotu Matu’a decidió cruzar el océano junto con otros exploradores,
para hallar mejores tierras que aquellas en las que moraban. Lejos de viajar a
ciegas, ellos no hicieron más que seguir las indicaciones dadas por Hau Maka en
sus ensoñaciones, que eran muy exactas según dice la leyenda: lunga i,
viento arriba en el sudeste, tau de e, hacia afuera, ro a del
revareva de e, como contorno permanente, i raa del te del roto i, en
medio del levantamiento del sol. Ellos llegaron siguiendo las coordenadas de
aquel nativo.
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Maravilloso e interesante, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias BirdJoss, la verdad es una travesía interesantísima, que he tenido la suerte de poder seguir en algunas de sus paradas gracias a amigos que allí viven y amablemente me han facilitado algunas fotografías para ilustrar estos breves comentarios. Muchas gracias!
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