1 de mayo de 2012

Prospección arqueológica Vaitea, Isla de Pascua

Informe del trabajo de campo 2001-2002

Christopher M. Stevenson. Ph.D.
Virginia Department of Historic Resources
2801 Kensington Ave.
Richmond, VA 23221

Sonia Haoa
Rapa Nui, Chile

Alejandra Guerra Terra
MUARSE, La Serena, Chile

Thegn Ladefoged, ,Ph.D.
Department of Anthropology
University of Auckland
Auckland, New Zeland

15 de mayo 2003

Agradecimientos
La temporada de campo arqueológico 2001-2002 fue costeada por el Instituto Earthwatch, Maynard, Massachussets, Estados Unidos. A través de sus esfuerzos muchos voluntarios fueron capaces de visitar Isla de Pascua y participar en este proyecto científico. La asistencia de la señora Laurie Belton y la señora Anne Geoghegan fue clave para el buen curso de los acontecimientos y la exitosa conclusión del trabajo.
Agradecemos al Consejo de Monumentos Nacionales, Santiago, y al Consejo de Monumentos, Isla de Pascua, por la aprobación de este proyecto de investigación. Específicamente, deseamos agradecer a Angel Cabeza, Secretario Ejecutivo, y a María Elena Noel. También nos gustaría expresar nuestra gratitud al señor Enrique Pakarati, Gobernador, por su asistencia, y a Francisco Torres, Museo Padre Sebastián Englert, por su constante apoyo.
Finalmente, aunque no menos importante, estamos agradecidos a los dedicados voluntarios de Earthwatch, quienes hicieron todo esto posible:

2001 
Equipo I: John Lechner, Caroline Pletcher, Brian Revis, Rick Simkin, Genie Stewart, Jack Stewart, Warren Stortroen, George Weiss, Tim Westmore, Wendell Zipse
Equipo II: Doug Butler, Tara Carey, Susan Clark, Marjorie Cussen, Holland Izbicki, Mary Jo Ondrechen, Joy Robinson, Trudy Rosenberger, Jerri Sutton, Emma Whitcombe
Equipo III: Alison Boyer, Maria Chatzinakis, Nonna DiLeonardi, Anne Harris, David Hermanson, Fuh-Lin Hsin, Jennifer Huggins, Leslie Malz, Nelson Millsberg, Helen Wolcott, Oliver Wolcott
2002 
Equipo I: Ann Altman, Doug Matthews, Caddy Meekins, Eugene Meekins, Pamela Roderick, Judith Schwartz, Wai Seto, Derek Wiegand
Equipo II: Peta Gibbon, Dick Mason, Bill Milestone, Alexandra Nicol, Lee Payne, Jeremy Karchut, Sally Strazdins, Adan Ticknor
Equipo III: Charles Boyle, Lisa Carver, Candace Gossen, Donald Hughes, Blossom Nicinski, Juan Ortiz de Valderama, Donna Sadowy, Carl Schweser, Julia Schweser

Prospección Arqueológica Vaitea, Isla de Pascua, Chile

Informe del trabajo de campo 2001-2002. Introducción

            El objetivo de este proyecto es documentar y explicar la forma de producción agrícola en Rapa Nui y su efecto en la organización social. Las temporadas de campo 2001-2002 resultaron en la conclusión de la documentación del paisaje de Vaitea localizado en la parte central de la isla (Figura 1). Nuestros esfuerzos estuvieron dirigidos hacia la realización de dos objetivos inmediatos. El primero fue registrar la localización de sitios domésticos y agrícolas, representados por estructuras de piedra y barro localizadas en superficie. Nuestro segundo objetivo fue levantar un mapa de la distribución en superficie de jardines de piedra. Resultados iniciales de este tipo de trabajo en la Bahía La Pérouse, en la costa norte de la isla, y en Te Niu, en la costa oeste, han sido reportados en dos publicaciones recientes sobre tecnología agrícola prehistórica (Stevenson et al. 1999, Wozniak et al. 2001). Los resultados de la prospección en el área de Vaitea servirán para obtener una visión más completa de la variedad de estrategias de producción agrícola usada durante la prehistoria de Rapa Nui.

Hipótesis de trabajo 
            La naturaleza impredecible de los recursos ambientales fundamentales (como la humedad), es frecuentemente considerada como la variable más importante que guía las decisiones económicas, el uso del paisaje, y la forma de organización social requerida para implementar estrategias adaptativas para asegurar la supervivencia de la población. Diversos autores han argumentado recientemente que los medioambientes caracterizados por una mayor incertidumbre (como el riesgo de pérdida de la cosecha), exhibirán un mayor tempo en el cambio de formas de organización y un mayor nivel global de complejidad organizacional (Ladefoged 1995, Graves y Ladefoged 1995, Dunnell 1999, Ladefoged y Graves 2000, Hunt y Lipo 2001). En estos ambientes de alto riesgo, la construcción de arquitectura monumental patrocinada por una jefatura, puede disminuir los índices de población bajo niveles críticos. La energía que podría ser  dedicada a incrementar la producción agrícola,  dirigida entonces al incremento de los índices de población, es desviada hacia actividades de despilfarro, como la construcción monumental. Esto posee la doble ventaja de disminuir los números de población a niveles sostenibles durante las perturbaciones ambientales y de mantener  una reserva de mano de obra que en momentos de necesidad  puede ser desviada hacia actividades de subsistencia. Además, la arquitectura monumental puede ser utilizada para reforzar creencias ideológicas que son necesarias para mantener una jefatura integrada (Earle 1997). Estas políticas frecuentemente pueden proveer oportunidades para la reserva de recursos durante períodos de perturbaciones ambientales (Ladefoged 1995). La implementación de formas intensivas de agricultura en respuesta  de condiciones ambientales marginales e inciertas, requiere que la autoridad de la jerarquía sea firme para que pueda ser obtenida una producción sobre el nivel doméstico.
            En esta investigación buscamos saber cómo la práctica de la agricultura prehistórica pudo haber contribuido al desarrollo y la manutención de la organización social jerárquica. En nuestra aproximación para entender el sistema de agricultura prehistórica, veremos cómo los rapanui prehistóricos utilizaron y cambiaron el paisaje de la isla. Estas modificaciones del paisaje en Rapa Nui ocurrieron en respuesta a restricciones ambientales fundamentales, en las que la agricultura era practicada. Esto fue un proceso dinámico y continuo. Durante los asentamientos en el Pacífico, los colonizadores tomaban inicialmente ventaja de las estructuras naturales del paisaje, como lugares protegidos del viento con abundantes fuentes de agua fresca. Estos ventajosos sitios fueron usados para los asentamientos y la agricultura tempranos. La siguiente expansión de jardines y sistemas de terreno, modificaron significativamente la estructura ecológica de muchas islas (Kirch 1997, 2000, Flenley y King 1984, Flenley et al. 1991) y los suelos superficiales que sostienen la biota existente. La eliminación del hábitat y la erosión del suelo han sido citados como resultados de un sistema expansivo de agricultura.
            Las prospecciones arqueológicas  de las últimas décadas han documentado cómo las distintas regiones de Isla de Pascua fueron utilizadas Dos regiones diferentes serán comparadas. En la relativamente llana extensión este, hacia el interior de la Bahía La Pérouse (Figura 1), las distribuciones de asentamientos y jardines han sido meticulosamente documentadas.  La distribución de estas estructuras reveló que eran presentes cuatro zonas de asentamiento (Figura 2 a).  La zona cercana a la costa (Zona 1), una franja de varios centenares de metros de ancho, era el lugar para los centros rituales comunitarios, sepulturas y viviendas de la elite. Las habitaciones domésticas no estuvieron permitidas en esta zona hasta bastante después del período de contacto con los europeos, aunque las cuevas costeras eran rutinariamente usadas por los pescadores por cortos períodos de tiempo. La Zona 2 se extendía hacia el interior por aproximadamente un kilómetro y consistía en una llanura costera plana ocupada por numerosas viviendas dispersas, muchas de las cuales estaban asociadas a jardines domésticos adyacentes. También estaban presentes jardines multi-familiares más grandes. En el límite interior de la Zona 2, una escarpa abrupta condujo a una expansiva cumbre. En lo alto del Maunga Puko Puhi una gran e intensivamente cultivada plantación estaba presente. Era un jardín de piedra cubierto de rocas cuya distribución define la Zona 3. Había escasa arquitectura permanente en esta zona. Casas pequeñas y temporales en las áreas claras entre las plantaciones, caracterizan las estructuras de habitación en este lejano sistema. Al sur de la colina se localizaba un valle interior (Zona 4). Aquí, estaban presentes la arquitectura doméstica permanente y los jardines domésticos, aunque su densidad era mucho menor comparada con los sitios cercanos a la costa.
            Muchas otras regiones insulares tuvieron acceso directo a las faldas del Maunga Terevaka (Figura 1) y la elevación alcanzaba desde cerca del nivel del mar hasta aproximadamente los 500 m de altura. Esta gran diferencia del relieve era acompañada por un incremento proporcional de las precipitaciones a medida  que aumentaba la altura. En las zonas costeras las precipitaciones anuales son de aproximadamente 1200 mm, la mayoría de las cuales caen en los meses invernales. Sin embargo, a alturas de más de 200 m, las precipitaciones anuales pueden alcanzar el doble de los sitios más bajos. Algunas de estas precipitaciones  caen en la estación estival y resulta en una mayor cantidad de humedad disponible, en comparación con las secas zonas cercanas a la costa. Los rapanui prehistóricos tomaron ventaja de estas variaciones en las precipitaciones.
            Pueden ser reconocidos tres paisajes  en el territorio interior al Ahu Akahanga (Figura 2 b) de la costa sur (Figura 1). La Zona 1 y la Zona 2 son similares a aquellas documentadas para el área de  La Pérouse. Sin embargo, en lugar de una plantación en las cumbres, la región interior consistía en las laderas del volcán cubiertas por numerosos jardines de piedra adyacentes a los afloramientos de basalto. Arquitectura doméstica permanente en forma de corrales de gallinas y grandes jardines amurallados, estaban ausentes. En su lugar había muchos pavimentos de casas y estructuras agrícolas como círculos de plantaciones y alineamientos de desvíos para el agua. Pequeños lugares sagrados y viviendas de la elite estaban también presentes en esta zona, y se sugiere que el personal de la elite estaba manejando la producción en este lejano sistema. Previamente, el trabajo arqueológico en este sector había sido demasiado específico y sin el beneficio de una prospección regional. Por lo tanto, la gama completa de los tipos de jardines, actividades agrícolas y granjas domésticas no habían sido documentados en la prospección regional.
            En este proyecto se examina el sistema agrícola de altura y se cuestionan dos preguntas:
1)    ¿Cuál fue el efecto de un mayor régimen de precipitaciones en las mayores 
 alturas, para las estrategias de la producción agrícola?
            2) ¿Cuál era la organización de la producción?
            La prospección arqueológica en el área de Vaitea ha proporcionado los datos necesarios para dirigir estas preguntas.

Prospección Arqueológica en el Área del Proyecto Vaitea
            Para estudiar los procesos del desarrollo agrícola prehistórico en Rapa Nui, hemos seleccionado como unidad de observación un sector del terreno de altura que fue utilizado de forma extensiva para la agricultura antes del contacto europeo. El uso del terreno de altura para la agricultura era significativamente diferente al de las áreas bajas. Este terreno es inclinado y accidentado con numerosos afloramientos de basalto. Como ha sido anotado arriba, hay pocos sitios domésticos permanentes obvios como casas grandes, corrales de gallinas, hornos subterráneos, y cuevas asociadas a jardines domésticos o campos agrícolas mayores. La región de Vaitea, hasta el alcance de nuestros conocimientos, no tuvo plantaciones continuas a gran escala como aquellas identificadas en La Pérouse. Nuestra inicial impresión es que las técnicas agrícolas prehistóricas y el uso del paisaje eran diferentes a mayores alturas.
            Los datos presentados en este informe representan la prospección de un área de 1400 x 1260 m (Figura 3). Esta área había sido originalmente catastrada alrededor de 1980 (Cristino et al. 1984) pero las descripciones de los sitios no fueron acompañadas de la información sobre la localización del sitio y esos datos no habían sido subsecuentemente difundidos. Como resultado, este esfuerzo representa una re-prospección del área de Vaitea usando el mapa original creado por la Universidad de Chile. Además estos datos originales han sido aumentados con la localización de campos agrícolas y jardines.
            Esta prospección no ha duplicado exactamente el mapa original de la Universidad de Chile. En los 23 años intermedios la superficie del paisaje ha sido alterada por el pisoteo del ganado y la remoción de rocas para la construcción moderna de viviendas. De esta manera muchos sitios frágiles se perdieron. Además la cubierta vegetal ha impactado el proceso de prospección. En algunos casos el denso pasto impidió la re-localización de sitios conocidos mientras la prospección de áreas recientemente quemadas resultó en la identificación de sitios previamente desconocidos. A pesar de esta variación creemos que nuestros datos son representativos del registro arqueológico en esta región.
            Estos datos fueron recogidos usando métodos sistemáticos de prospección de superficie adaptados al paisaje único de Rapa Nui. Debido al terreno accidentado la prospección no podía seguir un patrón regular de cuadrículas. En cambio áreas irregulares como cimas, cumbres, depresiones lineales a un lado de una colina y valles, formaron las unidades de observación durante la prospección. Personas espaciadas a intervalos de 5 m cubrieron cada área sistemáticamente. Cada sitio fue marcado con un banderín amarillo. Notas escritas, bosquejos y fotografías ocasionales fueron usados para registrar el inventario de sitios re-localizados. El sistema de posicionamiento global (GPS) fue usado también para registrar la localización de cada sitio. Los resultados de las prospección del sitio son enumerados en la Tabla 1 y la descripción detallada  de los sitios es presentada en el Apéndice 1.
            Los campos agrícolas prehistóricos fueron registrados en fotografías aéreas ampliadas tomadas por la Fuerza Áérea Chilena en 1963. Estas fotografías fueron ampliadas a una escala de 1 cm a 16 m.  La resolución a esta escala fue baja pero suficiente para identificar las distribuciones de rocas en superficie. Los jardines fueron delineados en la fotografía a medida que progresaba la prospección.

Resultados de la prospección 
            La prospección arqueológica de Vaitea resultó en la documentación de 374 estructuras prehistóricas de piedra en superficie (Apéndice 1, Figura 3). Estas estructuras han sido clasificadas en 23 tipos diferentes basados en su forma y metodología de construcción (Tabla 1, Figura 4). Las categorías más frecuentes de piedras modificadas por el hombre incluyen alineamientos (76), cimientos de casas (72), restos de casas rectangulares (53) y hornos subterráneos (38). Estructuras de piedras menos frecuentes incluyen piedras trabajas aisladas (23), terrazas (17), casas circulares (14) y pavimentos de piedras planas (12). Finalmente, hay una baja densidad de casos de estructuras como talleres de basalto (2), cuevas (1), crematorios (1), cuencos de moler (7), hogares (6), senderos (8), petroglifos (6), plataformas (4), recipientes de almacenamiento (3), viviendas temporales (10), recintos amurallados (3), jardines amurallados (3) y abrevaderos (2). 
            Individualmente estas estructuras de piedra de superficie nos hablan poco sobre la organización de la producción y el uso del paisaje en Rapa Nui. Sin embargo, encontrados en contexto, las asociaciones de las estructuras y su localización en relación con cada uno de los otros, los campos agrícolas y las estructuras naturales del terreno, revela mucho sobre el pasado económico y el comportamiento organizacional. El uso pasado del área de Vaitea es detallado a través del análisis de 3 mapas. En la Figura 5 los tipos de estructura individual son parcelados en relación a los caminos de mayor drenaje (quebradas) y a las estructuras históricas y modernas. En la Figura 6, las estructuras individuales son agrupadas en base a la proximidad espacial y la asociación con las diferentes formas de terreno. Las estructuras que estaban separadas por una distancia mayor de 40 m son asumidas como no relacionadas debido a la dificultas del tránsito rutinario sobre los afloramientos de basalto y las concentraciones de jardines de piedra. Las agrupaciones de estructuras estrechamente asociadas tienen una mayor posibilidad de estar relacionadas, en cuanto a conducta y tiempo, y de formar funcionalmente áreas de actividad únicas. Estos datos son comparados con un mapa de localización de jardines (Figura 7) para determinar cómo los múltiples sitios varían a través del terreno.

Patrón espacial de las estructuras de piedra
            El terreno del área del proyecto Vaitea incluye un flujo de lava disecada y fuertemente erosionada que se origina cerca del Maunga Terevaka y desciende al área de Akahanga (Figura 1). La ladera del terreno es en promedio alrededor de un 15% pero en frecuentemente interrumpido por afloramientos de basalto (puku) y bajas colinas en el terreno que forman pequeños valles protegidos. A veces están presentes terrazas naturales a los lados de esas depresiones lineales. Concentraciones extensivas de rocas en superficie están presentes en lo alto, laderas y en la base de las colinas, y están separadas por áreas claras en el centro de las depresiones, donde el suelo era acumulado y/o donde las rocas habían sido removidas por granjeros prehistóricos. En el tercio oeste del área del proyecto, vecina a las quebradas, se encuentra la orilla del flujo de lava y el terreno se vuelve eventualmente casi libre de rocas de basalto. La forma del terreno es mucho menos interrumpida y expuesta al viento. Ésta es una superficie mucho más antigua que precede la formación del más joven flujo de lava.
            Cientos de sitios arqueológicos fueron localizados en estos dos terrenos con el mayor número de estructuras concentradas en la superficie del erosionado flujo de lava. La Figura 5 muestra la distribución delos tipos de estructuras de piedra más importantes que incluyen casas rectangulares, pavimentos de casa, alineamientos, terrazas, piedras trabajadas, hornos subterráneos, recintos amurallados y senderos. Todas estas estructuras están hechas con piedras de basalto localmente disponible que ha sido a veces formatizado y re-transformado para dar forma a las estructuras. Algunas de éstas pueden ser funcionalmente interpretadas en base a su forma y a excavaciones (hornos subterráneos, casas, terrazas). Sin embargo, estructuras como los alineamientos de piedra desafían las interpretaciones. Estas estructuras lineales están hechas de rocas puestas unas tras otras. Son de diversas longitudes, algunas son ligeramente arqueadas y están orientadas hacia diferentes ángulos de la ladera. Por lo tanto, es probable que representen diferentes tipos de estructuras que podrían incluir estructuras temporales de madera, estructuras de almacenamiento o rompevientos. Su alta frecuencia de aparición (76), o cerca del 20% del patrón de asentamiento, significa que las actividades asociada con su formación no pueden ser identificadas. Para su identificación se requiere la excavación sistemática de una muestra de esas estructuras.         
            La distribución de las estructuras arqueológicas refleja un patrón de asentamiento disperso que consiste en unidades simples y nódulos de estructuras espacialmente asociadas (Figura 5). En esta distribución pueden ser reconocidos dos patrones generales. El primero, cinco recintos amurallados se localizan exclusivamente en la porción sur del área del proyecto a aproximadamente la misma altura. Estos recintos consisten en conjuntos de campos de piedras rectangulares que forman una muralla de alrededor de 40-60 cm de altura. Tienen generalmente forma circular u oval con un diámetro de 30 a 50 m la presencia de significativos amontonamientos de piedras a uno o ambos lados del recinto sugiere que las murallas poseían múltiples niveles y pudieron haber alcanzado un metro de altura. Estos recintos rodean campos agrícolas de piedra y pueden haber servido como rompevientos además de definir el perímetro del jardín. En cada caso, una porción del interior del recinto ha sido aclarada de piedras y contiene estructuras domésticas como hornos subterráneas, alineamientos y pavimentos. En cuatro casos una casa rectangular se localiza inmediatamente fuera del recinto, y en un caso, dentro del recinto. La presencia de casas y áreas de actividad sugiere que los jardines entre las murallas eran cultivados de forma intensiva.
            Por toda el área del proyecto aparecen múltiples estructuras, pero es en la sección sur del área prospectada donde aparecen en mayor número, y donde poseen el mayor número de estructuras asociadas (Figura 6). Los grupos de estructura incluyen los recintos amurallados así como grupos de sitios sin recintos amurallados. El Sitio 43/46 de un grupo de estructuras forma la mayor concentración y tiene el mayor número de casas, hornos y piedras trabajadas (paenga) dentro del área investigada. El tamaño promedio de los diferentes sitios es menor que en los dos tercios norte del área del proyecto y generalmente tiene menos diversidad de tipos de estructuras de piedra. No obstante, entre esas asociaciones no hay co-asociaciones obvias y repetitivas de tipos específicos de estructuras, aunque frecuentemente hornos y casas rectangulares son encontradas juntas. La carencia de un patrón puede verse influido por la fragilidad del registro arqueológico y la habilidad para interpretar la función delos alineamientos, piedras simples y pavimentos.
Campos agrícolas 
             El terreno entre el flujo de lava es accidentado, cubierto de rocas y es además la localización de muchos terrenos agrícolas prehistóricos. La distribución espacial de esos campos se presenta en la Figura 7 para una gran porción del área del proyecto. Los campos eran delimitados en base a los límites de las distribuciones de rocas concentradas  que cubren la superficie del suelo antropogénico. En este sector de la isla la medida de los campos alcanzan desde jardines de 30-50 m de diámetro a grandes y continuos campos que cubren las laderas y las cumbres de pequeños cerros. Estos últimos campos poseen cientos de metros de diámetro. Entre y dentro de los campos agrícolas se localizan viviendas y grupos de estructuras. 
            Las distribuciones de rocas que cubren los campos agrícolas en la parte alta de la isla son densas y uniformes en su concentración. Esto contrasta con las observaciones hechas en los paisajes bajos como La Pérouse en la costa norte. En este lugar, hay evidentes diferencias en el arreglo de las concentraciones de roca y fueron notados cuatro patrones diferentes (Stevenson et al. 2002). Estos tipos de campos incluían: a) densas acumulaciones de rocas con pequeñas y abruptas depresiones que se extienden bajo el suelo (pu), b) pavimentos de piedra en la superficie de los jardines, c) jardines que consisten en pavimentos de piedra con amontonamientos de rocas grandes adicionales, y d) suelos que han sido intencionalmente rellenados con pequeñas piedras. Todas estas variaciones en la manipulación de las rocas habría ayudado a reducir la evotransporación y a incrementar la productividad de los cultivos. 
            En el área de Vaitea esta distinciones no están presentes. Los campos agrícolas consisten en jardines con amontonamientos de grandes piedras en su superficie y suelos que han sido intencionalmente mezclados con pequeñas rocas. No hay presencia de pu en el área del proyecto y los grandes pavimentos de piedras, que son usualmente encontrados en áreas llanas, no están presentes. Además, profundos y continuos suelos mezclados con pequeñas piedras similares a los de las plantaciones de La Pérouse también están ausentes. Estos datos sugieren que el nivel general del manejo de los campos de piedra era menos intensivo. Como resultado se hipotetiza que la producción en esta área era más extensiva en comparación con los sistemas de los campos bajos.

Organización de la producción
En estudios previos sobre tecnología y organización agrícola, se ha propuesto que la producción era supervisada o administrada por miembros de alto rango. Esta hipótesis es el resultado del hallazgo de viviendas de una arquitectura en piedra de mejor calidad. En las plantaciones de las tierras bajas del área de La Pérouse, la casa de un jefe con cimientos de piedra trabajada y un pequeño templo, fueron encontrados en un margen del sistema de campos extensivos (Figura 2 a), que fue bien extraída de sitios de habitaciones domésticas costeros. En la parte central de la isla, en las laderas del Maunga Tari (Figura 2 b), una estatua relacionada con un templo y una casa rectangular, fueron asociados con numerosas estructuras agrícolas (hoyos para plantar, canales para canalización del agua) y campos. La excavación de esta estructura reveló que las actividades relacionadas con la subsistencia no estaban presentes en la primera fase de ocupación. Ello sugiere que esta estructura no poseía una función relacionada con el trabajo. Otra variante de esta presencia ocurre en el área de Vaitea, y se refleja en la forma y distribución de casas rectangulares.
Las casas rectangulares (Figura 8) aparecen casi exclusivamente a alturas elevadas (más de 150 m) en los volcanes de Maunga Terevaka (Vargas 1989) y Rano Kau (McCoy 1976). Estas estructuras fueron vistas por sus cimientos hechos de piedras formatizadas (paenga) que definen el perímetro de 4 por 3 m de la estructura. Una cubierta de paja o junco sobre una superestructura de madera, habría completado la vivienda. Un pavimento de piedras plano está frecuentemente presente a un lado de los ejemplos que se preservan de este tipo de estructuras. Las paenga son rectangulares y sus dimensiones oscilan alrededor de los 30 x 7 x 20 cm. Éstas han sido fabricadas de basalto disponible localmente. Son por lejos más fáciles de producir que las paenga usadas para la construcción de las viviendas costeras de la elite. Incluso, reflejan una mayor inversión de tiempo y energía que muchas otras estructuras que sólo tienen una pequeña estructura de entrada de seis piedras planas, un umbral, y sin cimientos externos. Esta mayor inversión en arquitectura permanente es un pequeño pero obvio atributo que de inmediato diferencia estas estructuras y sus ocupantes.
Pasar directamente a una explicación sociológica para la variabilidad arquitectónica parecería ser prematuro sin considerar otras razones que contarían para una estructura más sustancial. No obstante, basándonos en el registro arqueológico excavado, las estructuras rectangulares no parecen ser lugares de almacenamiento. En las pocas estructuras excavadas, los cimientos no rodean estructuras de almacenamiento. Su tamaño es significativamente menor a las estructuras de almacenamiento para boniatos encontradas en otras regiones de Polinesia como Nueva Zelanda. Además, la arquitectura sólida no parece reflejar una ocupación prolongada o permanente (McCoy 1973). Las casas rectangulares no aparecen asociadas con otra arquitectura permanente como recintos ajardinados o casas de gallinas,  y tampoco han sido identificadas concentraciones de basura. La carencia de otros depósitos o estructuras sugiere que el uso puede haber sido repetitivo y a corto plazo.
Evidencia adicional para el origen del estilo de las casas rectangulares, surge de la variación de diseño entre la forma de las casas y sus asociaciones. Por ejemplo, en el sitio 18-189b el petroglifo de un ao fue encontrado en la cara superior de una piedra enterrada en la esquina de una casa rectangular (Figura 9). El ao, o doble remo de canoa (Figura 19), ha sido notado como un indicador tradicional de alto rango (Métraux 1940).
El hallazgo del sitio 18-161c, una casa sub-rectangular de gran tamaño y un pavimento frontal construido en la forma del petroglifo del ao (Figura 11), está relacionado con lo dicho. Aunque la estructura ha sido parcialmente distorsionada, parece que el pavimento frontal esparcido puede representar el cabello o el tocado. Los pavimentos laterales parecen representar las orejas y los cimientos delinean el área del rostro. Esta impresionante estructura se asocia también con una plaza y una plataforma de piedras amontonadas de 30 metros de largo. Todas estas estructuras son únicas con respecto a otros asentamientos en la región de Vaitea y argumentan por una decisión consciente de demostrar una posición social mediante diferencias en la arquitectura.
Un argumento contra esta interpretación podría estar basado en la relación de las casas rectangulares con casas de otras formas. Un total de 25 casas rectangulares y 76 pavimentos de casas que no eran de la elite, fueron identificados, lo que significa una relación de una residencia de elite por cada 1.5 casas del otro segmento. Agregando todas las terrazas, casas circulares y pavimentos de piedra (algunos de los cuales podrían no ser viviendas) resulta en una relación de una casa de elite por cada dos de las otras. Dicha relación claramente no se puede apoyar mediante ningún caso de estudio etnográfico o arqueológico.
Pensamos que esta inesperada alta frecuencia de viviendas de elite es debido a la visibilidad arqueológica diferencial  de las viviendas de elite. Las casas rectangulares son unas de las más perdurables de las estructuras de las tierras altas, debido a que poseen cimientos que están parcialmente enterrados. Incluso cuando la estructura está altamente removida, las piedras restantes son fácilmente identificables. En contraste, los pavimentos de simples rocas planas son fácilmente desarmables y más difíciles de reconocer entre la matriz del flujo de basalto. Creemos también que muchos de los asentamientos de altura no dejaron impronta arquitectónica en el registro arqueológico. Las casas temporales de madera y paja pueden haber sido comúnmente construidas y la cocina llevada a cabo en fogones abiertos o en hornos subterráneos sin un perímetro de piedras. Seis fogones superficiales con presencia de suelo enrojecido por la acción del fuego, fueron observados durante la excavación, y fueron frecuentemente encontrados durante las excavaciones en Maunga Tari. Hornos subterráneos sin una delimitación de piedras eran también la forma tecnológica de cocinar preferida en esta región.

Discusión 
            Como resultado de dos años de prospección arqueológica del paisaje en la región de Vaitea, un cuadro preliminar de cómo las tierras altas de Rapa Nui fueron usadas está comenzando a emerger. Los pobladores prehistóricos comenzaron a expandirse por esa área alrededor del 1250 d.C., o más o menos 400 años después del asentamiento. Sólo unas pocas fechas por hidratación de obsidiana indican actividad durante este tiempo. El uso más intensivo de la región parece haber tenido lugar entre el 1400 d.C. y el 1700 d.C. (Stevenson et al. 2002) y habrían sido creadas la mayoría de estructuras registradas durante la prospección.
            Se propone que los granjeros llegaron a esta región por diversas razones. Creemos que la población temprana de Rapa Nui fue creciendo rápidamente. Aunque la población fundacional inicial fue probablemente de menos de 200 personas, es probable que el aumento de población fue significativo entre las primeras cuatro centurias. Las regiones productivas de la costa y cercanas a la costa, fueron cubiertas con nuevos terrenos de cultivo, y nuevas regiones necesitaron ser cultivadas para alimentar un mayor número de personas.
            Los granjeros se sentían también atraídos por esta región debido al mayor régimen pluvial presente en este sector de la isla. En sectores más bajos caen aproximadamente 1200 mm de precipitaciones al año. Mucha de esta humedad llega en la estación invernal y es útil para los cultivos de muchos años, como el taro. Sin embargo, el nivel de humedad se reduce durante la temporada estival de crecimiento, y puede variar de forma apreciable de año a año. La cantidad de precipitaciones está correlacionada con una mayor altura, y hay un significativo incremento de precipitaciones a partir de cerca de los 150 metros. Este patrón podría haber aumentado la humedad disponible durante el comienzo de la temporada estival de crecimiento, reduciendo de ese modo el riesgo global e incrementando la productividad. Esta mayor capacidad productiva ayudó a satisfacer la demanda de la elite de excedente de producción, necesario para la construcción de plataformas ceremoniales y para tallar y transportar estatuas (moai), moños (pukao) y nódulos de piedra trabajados (paenga). Creemos que esta última razón es la mejor explicación para el uso intensivo de la parte central de Rapa Nui.
            La producción parece haber sido dirigida por grupos especializados que se desplazaban durante el año por los asentamientos costeros. El patrón de asentamiento de las tierras altas  consiste en varias casas dispersas o simplemente grupos de casas asociadas distribuidas entre los campos. Las casas están representadas por pavimentos simples y alineamientos asociados que deben haber sido otras formas de estructuras perecibles. Nuestra hipótesis es que muchas viviendas dejaron poca evidencia material visible que actualmente pueda ser detectado por una inspección del terreno superficial. De modo que muchas más estructuras domésticas han desaparecido sin ser reconocidas. La frágil naturaleza de estos sitios sugiere también que eran ocupados en cortos períodos pero de forma repetitiva. La excavación del pavimento de una pequeña casa (Sitio 10-244) cerca del Maunga Tari, apoya esta interpretación. El área del sitio fue extensivamente usado y estaban presentes muchas estructuras culturales. No obstante, muchas de estas estructuras eran redundantes. Los hornos subterráneos, por ejemplo, eran de tamaño variable, sin perímetros de piedra, y eran numerosos. Esta estructura contrasta con las viviendas permanentes de las tierras bajas donde existe un área de cocina formal con hornos subterráneos delimitados con piedras.
            Los grupos de agricultores atendían los sistemas de terrenos que eran probablemente extensivamente cultivados. La salud de las plantas era fomentada por el terreno seco mismo, que creaba diversos lugares protegidos del viento entre las depresiones del terreno y la base de las laderas.  La superficie natural de piedras en esta área era removida para ayudar a crear un microambiente favorable y estas piedras fueron distribuidos ampliamente en el terreno. No obstante, el terreno no posee el grado de manipulación encontrado en elevaciones menores. El número de tipos de jardines parece ser menor. De todos modos, en ausencia de una excavación, es posible que otras tecnologías agrícolas no reconocidas hayan existido alguna vez.
            Una nueva variación de los jardines de piedra fue identificada y consiste en cinco jardines amurallados localizados en la porción sur del área del proyecto. Las murallas de los jardines pueden haber sido de hasta un metro de altura y habrían ofrecido protección contra el viento. Los jardines interiores poseen una gran cantidad de piedras. En cada caso el recinto está asociado con una casa rectangular de elite, ubicada dentro o a un margen del jardín. Se hipotetiza que los jardines amurallados reflejan jardines de jefes intensivamente cultivados.
            También argumentamos un significativo involucramiento de dirigentes de más alto rango en el proceso agrícola. Este manejo directo ha sido notado en asentamientos de tierras bajas en La Pérouse, basado en la co-presencia de un templo y una vivienda de elite a un lado de una gran plantación. Aquí, en la porción alta de la isla, el número de casas rectangulares de elite, y los complejos de casa-plaza, dan la impresión de que la producción agrícola fue altamente manejada por centurias. Hemos indicado que el mayor número de casa de elite refleja su mayor visibilidad arqueológica, y al mismo tiempo refleja una presencia importante de la elite. La generación de un excedente de producción puede no haber venido de forma completamente voluntaria y haber requerido en cambio algún descuido. Además, la cosecha y transporte de la producción con destino a las tierras bajas puede haber requerido un manejo para asegurar que la cantidad de tubérculos deseada alcanzaba a los consumidores correctos. Independientemente de las razones precisas, parece razonable asumir que la estructura estuvo basada en el cultivo en esta región.

Bibliografía
Cristino, C., P. Vargas y R. Izuarieta. 1981    Atlas Arqueológico de Isla de Pascua.  Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Centro de Estudios, Isla de Pascua. Santiago, Chile.
Dunnell, R. 1999    The Concept of Waste in Evolutionary Archaeology. Journal of Anthropological Archaeology 18:243-250.
Earle, T. 1997    How Chiefs Come to Power: The Political Economy in Prehistory. University
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Tabla 1: Tipos y definiciones de sitios arqueológicos

Tipo de sitio
Código
Frecuencia
Descripción




Estructura agrícola
20
8
Hoyo para plantar circular y pequeño, jardín amurallado de poco diámetro (manavai) o alineamiento corto de piedras hallado usualmente en los jardines de piedra.
Alineamiento
2
76
Tres o más piedras enterradas colocadas alineadas. Los alineamientos pueden ser tanto rectos como  levemente curvos. Función desconocida.
Taller de basalto
24
2
Area de concentración de desechos de talla de basalto, instrumentos rotos y preformas.
Cueva
21
1
Tubo de lava natural o modificado para uso humano.  Las cuevas son típicamente ampliadas con niveles de pisos y parcialmente selladas con una pared frontal de piedras amontonadas.
Casa circular
3
14
Alineamiento circular de rocas rectangulares no trabajadas para formar un cimiento de un diámetro interior de 2 a 15 m. Interpretado como una vivienda sin cubierta de paja.
Crematorium
19
1
Acumulación de fragmentos de hueso quemados, cantos rodados, escoria roja y obsidiana. Los restos de huesos están frecuentemente ausentes en al superficie como resultado de la erosión.
Horno subterráneo
13
38
Estructura de piedra para cocinar (umu pae) hecho de 5 a 7 nódulos de piedra enterradas en un   borde. Pueden estar asociadas con un bajo montículo o con suelo rico en carbón.
Piedra de moler
4
7
Depresión rectangular, oval o circular en la superficie de los afloramientos de basalto, o grandes piedras que pueden haber sido utilizadas para afilar instrumentos o procesar tubérculos.
Fogón
22
6
Montículo circular de suelo enrojecido por la acción del fuego, indicativo de un fogón abierto.
Casa
5
72
Pavimento de piedras planas y un umbral de piedras rectangulares enterradas. Frecuentemente está presente sólo el umbral.
Sendero
17
8
Alineamientos en pare de piedras enterradas en el suelo, que están separadas por alrededor de 80 cm. Crean caminos libres de rocas de 10 a 400 m de largo.
Pavimento
7
12
Piedras planas y arregladas que forman una superficie.
Petroglifo
9
6
Imagen picada o incisa, o líneas, que usualmente aparecen en superficies suaves y libres de vesículas de una roca.
Plataforma
8
4
Pared exterior de piedra con un núcleo de relleno de piedras de menos de 20 cm. de diámetro. Forma una superficie plana para colocar objetos.
Casa rectangular
10
53
Casa con un cimiento de piedras trabajadas de forma rectangular (paenga) que tiene un pavimento frontal que se extiende alrededor de los márgenes externos del cimiento.
Piedra
11
23
Piedras trabajadas por el hombre, simples (paenga) que no pueden se relacionadas con una estructura o actividad.
Recipiente de almacenamiento
16
3
Recinto rectangular hecho de nódulos de piedra. Son usualmente pequeños y se encuentran en los perímetros de casas rectangulares.
Estructura
23
5
Surtido de piedras desarticulado, usualmente en un contexto distorsionado, donde la forma original no puede ser reconstruida.
Vivienda temporal
14
10
Alineamiento arqueado de piedras enterradas que son interpretados como la base de una estructura temporal de madera.
Terraza
12
17
Alineamiento arqueado en la ladera de una colina que crea un área de nivel en la parte alta de la muralla de retención.
Recinto amurallado
1
3
Alineamientos grandes y amorfos de piedra en una sección de una quebrada. Función desconocida.
Jardín amurallado
6
3
Alineamientos grandes y circulares que rodean un jardín de piedra. Los alineamientos pueden haber   sido en múltiples niveles y usados para ayudar a no pasar el viento.
Captador de agua
18
2
Hoyo profundo creado por el hombre en una quebrada usado para almacenar agua.



Lista de Figuras

Figura 1:    La isla de Rapa Nui mostrando el área de Vaitea

Figura 2:    a) El patrón de asentamiento de la región de La Pérouse, b) El patrón de  
                  asentamiento  de la región de Akahanga

Figura 3:    Localización de sitios prehistóricos en la región de Vaitea

Figura 4:    Histograma de tipos de sitios en el área del proyecto

Figura 5:    Estructuras arqueológicas de superficie  por tipo

Figura 6:    Grupos de sitios arquitectónicos

Figura 7:    Jardines prehistóricos en el área de Vaitea

Figura 8:    Casa rectangular de la región de Vaitea (de Vargas 1989)

Figura 9:    Petroglifo inciso de un ao en el sitio 18-189b

Figura 10:  Ao de madera, o remo para danza ( de Métraux 1940)

Figura 11:  Residencia de elite en el sitio 18-161c

Figura 1
Figura 2


Figura 3

Figura 4

Figura 5

Figura 6

Figura 7

Figura 8

Figura 9

Figura 10

Figura 11

2 comentarios:

  1. Increible traba Trabajo colegas, desde México un apreciable saludo.

    Luis Adolfo Díaz

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Luis! México es un país inabarcable para la arqueología, si trabajas allí, nos gustaría saber dónde, y conocer algo de tus investigaciones. Saludos!

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