27 de agosto de 2013

Achacaz, uno de los últimos kawésqar (Patagonia Occidental, Chile)

Alberto Achacaz Walakial
El 5 de agosto de 2008 fallecía el último kawésqar, kawashkar, alakaluf o alacaluf. Alberto Achacaz Walakial, de 79 años, estaba hospitalizado desde fines de junio en el hospital de las Fuerzas Armadas en Punta Arenas, 3.500 kilómetros al sur de esta ciudad, donde llegó desnutrido y deshidratado, con un peso de entre 57 y 60 kilos. El artesano kawésqar moría en el mismo hospital de un shock séptico, y con él desaparecía una de las últimas personas que hablaban la lengua de su etnia, a la que se conoce también como “nómadas del mar”, ya que vivían a bordo de sus canoas. Viudo desde 1999, Achacaz vivía solo y pobremente en Punta Arenas, en una humilde casa (mediagua de subsidio) de madera, ya que la suya se había incendiado hacía seis meses, y se mantenía fabricando canoas con pieles de lobo y tejiendo canastos con fibras vegetales, pero se veía enfrentando a condiciones de insalubridad que ponían en riesgo su salud al no tener cañerías ni desagües. Cuando esto fue denunciado, en su momento, la Corporación de Desarrollo Indígena (Conadi) rechazó las acusaciones de abandono de uno de los últimos kawésqar, y en una carta a los medios de prensa afirmaba que la municipalidad de Punta Arenas le había entregado un subsidio para agua y gas, que contaba con “una red social de apoyo” y que su ingreso personal era “superior al que establece la Línea de la Pobreza”. Los expertos estiman que los kawésqar o alacalufes sobrevivientes apenas superan la docena, y entre ellos ya no hay mujeres en edad fértil, lo que los condena a desaparecer dentro de muy poco tiempo. Sin embargo, fuentes afirman que ya no existe ningún otro kawésqar (nombre con el que ellos mismos se autodenominan, y que significa “persona” o “ser humano”) puro. 

Eran un grupo indígena de cazadores-recolectores, que habitaba los canales patagónicos desde hace unos 6.000 años, y vivían a bordo de sus canoas, alimentándose especialmente de mariscos y aves marinas. No se sabe a ciencia cierta si procedían del norte (subiendo por los canales chilotes y cruzando el istmo de Ofqui) o del sur (subiendo por los canales patagónicos hasta el golfo de Penas). Su área de desplazamientos era enorme, pero giraba en torno a dos puntos principales: la isla Clarence y el islote Solitario (archipiélago de las Guaitecas). En ellas, los kawésqar eran capaces de hacer fuego con facilidad, gracias a la presencia de pirita de hierro en su tierra. Cuando establecieron sus primeros contactos con el hombre blanco a partir del siglo XVI, era un grupo conformado por unas 2.500 a 3.000 personas, viéndose sometidos a fines del siglo XVIII, a multitud de desgracias (asesinatos, violaciones, secuestros) y enfermedades portadas por balleneros y loberos (ingleses y estadounidenses) que empezaron a llegar a la zona, y que provocaron una rápida declinación de la población kawésqar. A partir de 1871 comenzaba la exhibición de indígenas vivos en ciudades europeas y norteamericanas (kawésqar, junto a yagán, selk’nam y mapuche), costumbre que no cesó sino hasta comienzos del siglo XX, y en la que ellos normalmente enfermaban y morían. Un buen relato de esta costumbre se puede leer en el libro de Christian Báez y Peter Mason, Zoológicos Humanos. A fines del siglo XIX los misioneros salesianos obtuvieron la concesión de la isla Dawson, donde establecieron una misión con el fin de evangelizar y “proteger” a los indígenas de la zona. En ese momento fueron sedentarizándose y cambiando sus costumbres ancestrales, hasta que a mediados del siglo XX, los aproximadamente 1.000 kawésqar que quedaban, se establecieron en tierra, a unos 700 kilómetros al sur de Punta Arenas, en Puerto Edén. En menos de 25 años, sólo quedaban 250, y en el año 2000, sólo eran 17.

Bibliografía
E. Lucas Bridges (1952). El último confín de la tierra. Buenos Aires, Argentina. Emecé Editores S.A..
Alberto de Agostini (1956). Treinta años en Tierra del Fuego. Buenos Aires, Argentina. Ediciones Preuser.
J. Emperaire (2002). Los nómades del mar. Santiago, Chile. Lom Ediciones
A. Laming (1957). En la Patagonia, confín del mundo. Santiago, Chile. Editorial del Pacífico S.A.
Fresia Barrientos M. (2005). Pueblos originarios de Chile. Santiago, Chile. Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Peter Mason y Christián Báez (2006). Zoológicos humanos.
Anne Chapman (2012). Yaganes del cabo de Hornos. Encuentro con los europeos antes y después de Darwin. Santiago, Chile. Pehuén Editores S.A.

Enlaces relacionados: 
Anne Chapman y los selk'nam de Tierra del Fuego
Ángela Loij... la última selk'nam de Tierra del Fuego
Calafate zoológicos humanos (Chile 2011)

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