Considerando la importancia del tema que recorría el
mundo la semana pasada, a partir de la tarde del jueves 7 de febrero 2013, sobre
el hallazgo de la posible cámara funeraria de Pachacútec y su tesoro en el
Edificio de las Tres Portadas de la ciudadela de Machu Picchu, me gustaría
hacer una pequeña reflexión, a la luz de nuevas revelaciones. Mientras lees este artículo, puedes escuchar música relacionada en el siguiente enlace: Wipala (Grupo Inkuyo, con fotos de Machu Picchu)
Se da noticia del hallazgo
Desde el jueves 7 de febrero del 2013 en la tarde, los
medios de comunicación se hacían eco de un hallazgo que podría cambiar de forma
trascendental la historia que conocemos del Machu Picchu: el hallazgo en el Edificio de Las Tres Portadas, de lo
que podría albergar la cámara funeraria de la panaca (clan familiar) de Pachacútec (noveno gobernante del estado
Inca y primer inca del imperio del Tahuantinsuyo, convirtiéndolo de un
curacazgo en un imperio, 1438-1470)
y su tesoro, rico en oro y plata. A pesar de haber salido hace sólo unas
semanas a la luz pública, es un asunto que se viene gestando desde el 2010, cuando el ingeniero francés David Crespy, recorría Machu Picchu en
un viaje de turismo, encontrándose con una sólida muralla que, en su parte
central, tenía una suerte de abertura, que según parece, estaba a la vista de todos pero nadie había observado, cerca de la cual vio
un grafiti (dejado por algún turista irresponsable), con la palabra “tesoro”. Se trataba del Recinto 02, Sector II, Sub Sector E, unidad 03, del sector Urbano de la
Ciudadela Inka de Machu Picchu. El Edificio de las tres Portadas. Se
contactó entonces con los arqueólogos de la ciudadela, y estos le aseguraron
que investigarían el asunto, sin cumplir con lo prometido. Fue por eso que
Crespy, ya en Europa, contactó con Thierry
Jamin, arqueólogo francés, director del Instituto Inkari en Cusco, Perú, que lleva 15 años detrás del
Paititi (el mito de El Dorado), y realizando múltiples expediciones en el
sureste peruano, reconociendo y registrando más de 113 importantes sitios
arqueológicos. ¿Quién lo creería? Millones de turistas, miles de arqueólogos,
han transitado frente a los muros que tal vez escondan el secreto mejor
guardado de la arqueología peruana: la
última morada del Inca Pachacútec.
Permiso para la prospección
Un poco escéptico, T. Jamin (Historiador por las Universidades de Tours y de Toulouse)
se dirigió a la ciudadela Inca, y tuvo la misma impresión que su compatriota. Respecto
a las características del muro que sella el mausoleo, el arqueólogo español Daniel Merino (U. Complutense de
Madrid), secretario ejecutivo de Inkari, señalaba que lo primero que observó de
las piedras que tapan el ingreso al recinto es que éstas fueron colocadas de forma irregular, sin ningún
tipo de argamasa. Esto podría querer decir que por algún acontecimiento
significativo en la región, decidieron taparlo de forma inesperada. La idea de
que los incas cerraron el vano de acceso por una urgencia que tal vez se dio en
la época de la Conquista es compartida por Jamin: Probablemente los incas
escondieron el tesoro del Cusco en momentos del caos de la caída del incanato. De
manera que Jamin presentó un proyecto para realizar una resonancia electromagnética en el edificio que Crespy había
identificado en Machu Picchu, entregándolo el 19 de diciembre de 2011 al Ministerio
de Cultura. El 22 de marzo de 2012
este proyecto era aprobado. El Instituto Inkari coordinó entonces con el
antropólogo Fernando Astete, jefe
del Parque Arqueológico de Machu Picchu,
el establecimiento de las fechas para llevar a cabo las resonancias. El estudio
electromagnético se llevó a cabo entre los días 9 y 12 de abril 2012, y terminó por corroborar la presencia de varias
cámaras subterráneas y unas escaleras que se bifurcaban en dos caminos
principales que conducen posiblemente a unas cámaras específicas (probablemente
funerarias, muchas pequeñas que podrían corresponder a niños). Las avanzadas
técnicas utilizadas por el investigador francés, (como el uso de un Discriminador de Frecuencias Molecular,
MFD, y un georadar capaz de ver en 3
dimensiones hasta una profundidad de 20 metros) hicieron que llegaran a detectar
la presencia de materiales arqueológicos importantes, además de grandes
depósitos de oro y plata. Incluso se ha podido verificar la existencia, detrás
de la puerta de acceso, de una escalera que conduce precisamente al recinto principal. Sobre esto me permito comentar que la financiación de
estas prospecciones corrió por cuenta privada, desembolsando el ingeniero David
Crespy (quien dio la primera voz sobre el asunto) nada menos que 100.000 dólares. Por otra parte, las
resonancias electromagnéticas realizadas por Jamin, estuvieron en todo momento supervisadas por arqueólogos oficiales
que tomaron buena nota de cada detalle de la prospección.
Presentación del segundo proyecto
Aprobado el informe del
primer proyecto por el Ministerio de Cultura, el Instituto Inkari presentó el 2
de mayo de 2012 un segundo proyecto,
que incluía excavación, necesaria para saber exactamente qué se esconde debajo
del edificio, e intentar desentrañar así uno de los más velados misterios
históricos de la historia del Perú. Sin embargo, el 5 de noviembre de 2012, Ana María Hoyle, a cargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural (Ministerio
de Cultura), denegaba la autorización del segundo proyecto. Los fundamentos y argumentaciones para la
no aprobación del proyecto, acompañados además de feroces acusaciones a Jamin, reflejan, según mi entender, algunas
consideraciones importantes a la hora de llevar a cabo tan importante proyecto (en
el que tanto está en juego). Es imprescindible
sopesar tranquilamente los riesgos y beneficios implicados. Eso está claro. Sin
embargo, también, y como he mencionado al principio, se vislumbran ciertos
intereses de índole económico,
político y académico, que están poniendo serias trabas a la evaluación rigurosa
y objetiva que merecería el proyecto a raíz de dicho hallazgo. Una gran tumba como la de Pachacútec, noveno gobernante que convirtió el simple
curacazgo Inca en un imperio (el Tahuantinsuyo), bien
valdría la pena el desmontar un edificio o dos de Machu Picchu, más que por el
oro y la plata, por el verdadero tesoro de información que se obtendría.
Argumentos en contra
Arqueólogos peruanos,
aseguran que es imposible que el lugar sea una tumba, y menos varias, y entre
ellas la de la panaca (clan familiar)
de Pachacútec. El proyecto, de momento, se ha paralizado.
1. Huaqueo. Entre los argumentos de los arqueólogos figuran
que el sitio ha sido huaqueado (expoliado)
tan profusamente durante la colonia y hasta el siglo XX, que es imposible
que pueda encontrarse algo desconocido… Bueno, esto sólo refleja un supuesto
escepticismo sin fundamentos, idea
secundada por la práctica totalidad del ambiente cultural oficial peruano.
Supongo que no deben leer la prensa, para enterarse de que constantemente se suman
nuevos hallazgos en lugares insospechados, muy estudiados durante decenas de
años, tremendamente visitados por millones de personas al año, como por ejemplo
hace muy poco, una enorme escultura de Huhuetéotl (dios del fuego) en la
Pirámide del Sol de Teotihuacán (nada menos, qué lugar más visitado en México),
sólo por poner un ejemplo muy reciente. Hace pocos años, algunos arqueólogos
buscaron la tumba de Pachacútec en el Huayna Picchu, pues consideraban que ya
todo había sido estudiado en la ciudadela misma (siempre siguiendo las
crónicas). Se tenía la idea de que no era posible hacer un hallazgo de esta
trascendencia en el principal monumento incaico, pero también se pensaba que
esa tumba debía encontrarse en el mismo MP. Pero en realidad, los estudios sobre Machu Picchu se han
limitado a temas de fallas geológicas o de conservación, pero no se ha
investigado el subsuelo en profundidad, con nuevas tecnologías, y hay
muchas galerías y socavones esperando la atenta mirada de los arqueólogos.
2. Las fuentes. David
Ugarte Vega (director regional de Cultura de Cusco) y Luis Lumbreras (afamado arqueólogo peruano) aseguran que es
imposible que el lugar sea una tumba, y menos varias, y entre ellas la de la panaca (clan familiar) de Pachacútec. La primera consideración que me hago sobre esto, es
la extrañeza que me produce la tajante negación del arqueólogo Luis Lumbreras
sobre la posibilidad de que exista en el sitio una tumba y un tesoro,
argumentando que el lugar fue reiteradamente huaqueado. Este escepticismo sería
bastante fácil de creer, si no fuera por el detalle de que el mismo arqueólogo
declaraba hacía solo tres años, y apoyándose en los textos de una antigua
crónica colonial, que Machu Picchu fue
el mausoleo de Pachacútec. Hago referencia a
la entrevista a Luis Lumbreras en la revista digital “Arqueología del Perú”, del día 30 de junio de 2011 (aniversario del descubrimiento de MP por Hiram
Bingham), que comienza así: “El estudioso Luis Lumbreras, uno de los más
reconocidos historiadores vigentes del Perú, destacó que en Machu Picchu se
habrían guardado los restos del Inca Pachacútec, y pidió evitar mezquindad con
el papel cumplido por Hiram Bingham en la difusión de la maravilla del mundo.” En otro número de la misma revista, pero del 13 de mayo de 2011, el citado académico también hace referencia a lo mismo (al final del artículo aporto enlaces a estas entrevistas digitales).
Por su parte, el
historiador del parque arqueológico Donato
Amado Gonzáles, comenta también las crónicas
del siglo XVI del español Juan Diez de Betanzos, según el cual la tumba del
inca estaba en el sector de Toqocachi, barrio
del Cusco, donde actualmente está el barrio tradicional de San Blas. Se indica
que similar opinión brindaron los cronistas Pedro Sarmiento de Gamboa y Juan
Polo de Ondegardo, en la misma época. Sostiene que la historia da cuenta además
de que el virrey Conde de Nieva, quien gobernó entre 1561 y 1564, dispuso que
los restos de 10 incas fueran llevados de Cusco al entonces Hospital San Andrés
de Lima. Estos incas fueron Huayna Cápac, Túpac Inca Yupanqui, Wiracocha, Yawar
Huaca, Sinchi Roca, Inca Roca, Lloque Yupanqui, Cápac Yupanqui, Mayta Cápac y
Pachacútec.
Alain Bonnet y Thierry Jamin en Machu Picchu |
3. Oro y plata. Además, dicen que la presencia de metales preciosos no justificaría en sí misma (y en
esto estamos de acuerdo), desmontar un edificio del sitio. Sin embargo, Jamin
confirma que la tecnología empleada ha permitido constatar no sólo la presencia
de estos metales, sino de oquedades que sin duda serían cámaras funerarias.
4. Estabilidad estructural del Edificio. Por su parte, Piedad Champi, directora del Parque, fue quien firmó
el informe técnico, señala que el proyecto no está dentro de los lineamientos
del Plan Maestro de Machu Picchu. Además, dice que “poco o nada saben
sobre conservación, y que la apertura del muro generaría problemas de inestabilidad estructural”.
Sugiere directamente, que Inkari va en busca de metales preciosos sin tomar en
cuenta el contexto histórico. Respecto a la “inestabilidad estructural”, la
defensa legal de Inkari indica que la
arqueóloga Champi se atribuye calidades de ingeniero civil, competencia que no
tiene. Y presentan un informe del ingeniero civil César del Carpio, quien garantizó que la apertura del muro no alteraría
la estructura del recinto. El proyecto está bien estructurado, con una buena
hipótesis, adecuada metodología, y criterios científicos. Tienen un equipo multidisciplinar competente,
con buenos antecedentes. Son opiniones subjetivas.
5. Posible ola de huaqueo. También se alertó que este tipo
de anuncio puede despertar una ola de
huaqueo. Claro está, no desean llamar la atención de los posibles huaqueros
que constantemente esperan noticias de este tipo, para ir tras la caza del
tesoro. Pero indudablemente, eso ya está hecho. Y además, seamos objetivos,
todas las vías de acceso a la ciudadela
están perfectamente controladas. A la ciudadela misma, se accede por dos
vías: o a través de los viejos caminos
incas, cuyo trazado aún se conserva y están controlados, o por la carretera
Hiram Bingham, que nace en el pueblo de Aguas Calientes (al que sólo se accede
desde Cusco, y desde el que se llega a MP sólo en tren o helicóptero).
6. Profesionalidad del equipo. Los argumentos para denegar el
proyecto ponen además en duda la profesionalidad
del equipo del Instituto Inkari, atacándole de forma feroz y desmedida, comentando
cosas como que lo que manejan Jamin y compañía es más una intuición que una
hipótesis de trabajo, y que no es válida para embarcarse en una aventura de tal
envergadura. Por otro lado, sólo el Estado debe evaluar si es pertinente o no
realizar excavaciones, y este tipo de labor debe estar a cargo de académicos
responsables. Lumbreras personalmente
hizo notar que “la competencia arqueológica ahora es profesional. El Director
Regional de Cultura Cusco, David Ugarte
Vega, señaló que el único interés de Thierry Jamin es encontrar
tesoros ocultos (oro y plata), sin tener el mínimo conocimiento sobre
conservación de una importante estructura arquitectónica que forma parte de un
monumento considerado Patrimonio Mundial. Además de acusaciones personales
como: aventurero, cazatesoros,
advenedizo, irresponsable y desconocido en el ámbito de la arqueología
profesional.
Thierry Jamin. Instituto Inkari-Cusco |
El Instituto Inkari: Todas las investigaciones
realizadas por Thierry Jamin y su grupo sistemáticamente son objeto de un
proyecto dirigido por un arqueólogo peruano (necesaria contraparte nacional,
además del español Daniel Merino y un arquitecto, Víctor Pimentel) y presentado
a las autoridades competentes: Ministerio de Cultura, Ministerio del Medio Ambiente,
etc. Las investigaciones
arqueológicas de Jamin, respetan el “Reglamento de Investigaciones
Arqueológicas” y la “Ley General de Patrimonio Cultural de la Nación”. Cada
campaña de investigación forma parte de un proyecto sometido al Ministerio de
Cultura, el cual, después de un examen, lo avala a través de una Resolución
Viceministerial. Es así como consiguieron hacer la prospección con georadar en
el Edificio de las Tres Portadas de Machu Picchu. Al término de cada campaña, Thierry Jamin entrega a las
autoridades de Perú un "Informe Final", acompañado por la totalidad
del material arqueológico encontrado. Este informe luego es objeto de un
estudio, y, finalmente, de una Resolución que aprueba el documento. Los sitios arqueológicos encontrados
por el equipo de Jamin son oficialmente registrados al Ministerio de Cultura y
los materiales arqueológicos están codificados según la nomenclatura vigente. Más de 113 sitios por él encontrados y
estudiados, algunos en proceso de ser calificados como Patrimonio Cultural de
la Nación.
Denegación definitiva del proyecto
La Dirección Regional de Cultura Cusco expresó en un comunicado, la
tarde del 8 de febrero de 2013, y
para que no quedaran dudas, al ver la repercusión de la noticia, su rechazo de
manera contundente al proyecto de investigación arqueológica por el francés Thierry
Jamin, quien en su condición de codirector del proyecto de Inkari y su equipo
técnico, confirman fehacientemente un hallazgo trascendental que cambiaría la
historia de Machu Picchu.
Recordemos varios elementos: que la Fundación Inkari (quien
ha pedido los permisos para excavar) es presidida e integrada por
investigadores extranjeros en su mayoría (los elementos peruanos no son los
principales investigadores, sino colaboradores), y que la misma consiguió el
permiso para la prospección con georadar (pero no para continuar con el
proyecto). Que los intereses turísticos son de importancia vital para Perú, y
Machu Picchu es un icono de identidad nacional, por no mencionar otros
intereses que se hallan en juego en este asunto, ya discutidos.
Deberíamos pasar a una siguiente reflexión: si el
Ministerio de Cultura no creía de antemano en la posibilidad de encontrar algo,
¿por qué concedió a Jamin el permiso para la prospección con georadar? Sobre
esto me permito comentar que la financiación de estas prospecciones corrió por
cuenta privada, desembolsando el ingeniero David Crespy (quien dio la primera
voz sobre el asunto) nada menos que 100.000 dólares. Por otra parte, las
resonancias electromagnéticas realizadas por Jamin, estuvieron en todo momento
supervisadas por arqueólogos oficiales que tomaron buena nota de cada detalle
de la prospección. Después de concedido
el permiso para prospectar, y de la constatación a través del georadar de tumba
y tesoro, el Ministerio de Cultura rechaza enérgicamente su existencia. Pero
las palabras, aunque sean muchas y muy doctas, no pueden, de ninguna manera,
desmentir los resultados científicos de un georadar de última tecnología,
necesario en este caso donde la roca es de un granito de gran dureza. Este
aparato, constata fehacientemente la presencia de oro y plata, metales que
responden a una frecuencia determinada, así como de cavidades que responden a
las características de cámaras funerarias. Incluso, han sido publicadas algunas
imágenes arrojadas por el georadar con las debidas explicaciones.
Muchas
voces se han levantado para expresar argumentaciones supuestamente basadas en
la necesidad de proteger el patrimonio y actuar de manera responsable. Pero es evidente que intereses económicos, políticos y
académicos se están interponiendo en la evaluación objetiva del proyecto
presentado por el Instituto Inkari a raíz de dicho hallazgo.
Como podemos ver, la
polémica está servida, y esta noticia, todavía en estado incipiente, va a dar,
sin lugar a dudas, mucho más que hablar. Sus entresijos envuelven intereses
económicos, políticos y académicos que están poniendo serias trabas a la
evaluación rigurosa y objetiva que merecería el proyecto a raíz de dicho
hallazgo, llamado “Machupicchu 2012: En
busca de la Cámara Secreta”, sin duda un nombre bastante
sensacionalista y poco académico, pero por la información a la que he podido
acceder y que hemos comentado, el mismo cuenta con absolutamente todos los
elementos de cualquier proyecto científico.
El tema no ha quedado paralizado, por más que las
instituciones oficiales peruanas parece que en ello se empeñan, y con toda
seguridad el Instituto Inkari seguirá trabajando para proseguir con su
proyecto, sobre el cual esperamos pronto tener noticias, ya que se trata de un hallazgo que podría
cambiar de forma trascendental la historia que conocemos de este símbolo
nacional peruano que es Machu Picchu.
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Creo que Luis Lumbreras se equivoca de pleno, las pruebas son evidentes y no hay mas ciego que el que no quiere ver, puede que sea celos profesionales, ya que son extranjeros los que se atreven y aportan una parte económica importante para este proyecto, a mí también me da que pensar que hay detrás de tanta negatividad, que pensaría Erich von Däniken jeje.
ResponderEliminarIremos siguiendo la historia de este tema tan interesante y ya veremos si se bajan del burro de una vez por todas y ejercen lo que son... científicos arqueólogos.
Un abrazo y cuídate.
Hola Bird. Pues sí, es increíble lo que están haciendo y es por ello que he querido ampliar el artículo que escribí la semana pasada, para reflexionar sobre algunas cuestiones que dejan bastante en evidencia las razones detrás de rechazo tan tajante a creer en los resultados e informes de Jamin, y concederle permiso para seguir. Gracias por tu comentario.
EliminarEn arqueologia yo hay cosas que no entiendo, sobre todo cuando hay un hallazgo importantisimo y se ve a simple vista que seria algo fuera de serie y todo un descubrimiento,... bueno pues nadie lo quiere descubrir y mandan a un "mandado" para que diga que no hay valor arqueologico ninguno, cuando se ve a simple vista que es excepcional... no lo entiendo tampoco...
ResponderEliminarSituaciones provocadas por los intereses...
EliminarAquí salta a la vista lo que sucede, y es que las vacas sagradas del ambiente académico y cultural peruano no están conformes con no haber sido ellos en realizar semejante descubrimiento arqueológico. Es una bajeza lo que están haciendo, y es increíble la longitud de los tentáculos del poder, cuando la codicia y la envidia se apodera de las personas. Ojalá que el proyecto pueda continuar. No me cabe duda de que el lugar será abierto tarde o temprano, por quién, es lo que no sabemos. Pero corresponde a quienes confiaron en las sospechas de Crespy, y consiguieron realizar las resonancias, el privilegio de ser los primeros en ver esas maravilla que aún esconde el santuario de Machu Picchu... Suerte a Jamin y el Insituto Inkari.
ResponderEliminarAsí es Antoni, ojalá el Instituto Inkari no pierda las fuerzas para hacer valer lo que realmente les corresponde. El haber sido desacreditado, e incluso amenazado, puede con la voluntad de muchos, pero ellos de momentos, siguen adelante. Ojalá lo consigan.
EliminarNeófita total, es un verdadero placer leeros... muy interesante, abre el apetito para seguir leyendo, una pena no disponer de más tiempo para entrar, por lo menos, una vez a la semana, enhorabuena, Alex, gracias por lo que aportas
ResponderEliminarHola Maribel, muchísimas gracias por tu comentario, me consta que aunque a veces no los dejes, vienes a menudo para leer algunos de los artículos de este blog. Un beso y gracias!
EliminarRoberto 19 de abril 2014.
ResponderEliminarEstimados amigos, la naturaleza humana es curiosa, y gracias a ella se hacen descubrimientos importantes que nutren el saber de la humanidad, y siempre habran obstaculos, obvio que es la envidia de no ser los burocratas quienes hayan tenido el interes legitimo y la fuerza que impulsa los hallazgos, el frances y su equipo merecen el privilegio de estar presentes cuando se hagan los hallazgos. No quiero pensar que lo que buscan los del gobierno peruano es hacer la excavacion en secreto para saquear. Atentos amigos peruanos para que esto no suceda.
Gracias por tu comentario, Roberto, yo prefiero no ser tan mal pensada, aunque sí creo que se está intentando dejar las cosas en el olvido para más adelante retomarlas sin la presencia de Jamin. Un saludo desde Barcelona.
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