The Lithic Tools of Rapa Nui: An
Ethnoarchaeological Approach
In this paper, we will analyze lithic
(obsidian) tools recovered from archaeological sites by conventional use-wear
analysis and compare the interpretation with that reported in the historic,
ethnographic and actual sources describing traditional Rapanui technology. The
damage patterns on the edges of stone tools will be used to identify the exploited
resources / tools function, the production processes in which the tools was
involved, and in general, to arrive at an interpretation of subsistence
patterns of sites. The analysis of sources will
focus on the subsistence and production processes, and the worked artifacts in
particular. In this ethnoarchaeological approach, the existence of sources is
used to verify archaeological explanatory models of the production process and
archaeological hypotheses developed from use-wear analysis. This methodology
serves to refine the methodology of archaeological use-wear studies, and the
direction of the analysis and interpretations, in a controlled case of study.
This is new research project in the very early stages. Therefore, as a first
step, we present our analysis of the subsistence patterns reported on historic
and ethnographic sources and compare it with the use-wear analysis undertaken
by Church, Rigney and Ellis on obsidian tools recovered from excavated
habitation sites to look at the convergence in interpretation.
Los instrumentos líticos de Rapa Nui: Una aproximación etnoarqueológica
En este artículo, analizaremos instrumentos líticos (obsidiana)
recuperados de sitios arqueológicos a través del análisis convencional de
huellas de uso y contrastaremos su interpretación con aquella reportada en las
fuentes históricas, etnográficas y
actuales que describan la tecnología tradicional rapanui. Los patrones
de uso de los filos de los útiles líticos se usarán para identificar los
recursos explotados y la función de los útiles, los procesos de producción en
los que los instrumentos se vieron envueltos, y en general, para llegar a una
interpretación de los patrones de subsistencia de los sitios. El análisis de
las fuentes se centrará en los procesos de producción y subsistencia, y en los
artefactos de trabajo en particular. En esta aproximación etnoarqueológica, la
existencia de fuentes se usa para verificar modelos arqueológicos explicativos
de los procesos de producción e hipótesis arqueológicas desarrolladas a partir
de los análisis de las huellas de uso. Esta metodología sirve para afinar la
metodología de los estudios de huellas de uso, y la dirección de los análisis e
interpretaciones, en un caso de estudio controlable. Este es un nuevo proyecto
de investigación en una etapa muy incipiente. Por lo tanto, como primer paso,
presentamos nuestro análisis de los patrones de subsistencia reportados en las
fuentes históricas y etnográficas y los contrastamos con los análisis de
huellas de uso llevados a cabo por Church, Rigney y Ellis sobre instrumentos de
obsidiana recuperados de sitios de habitación excavados, para evaluar la
convergencia en la interpretación.
1. ETNOARQUEOLOGÍA: METODOLOGÍA
En la aproximación etnoarqueológica que proponemos, la existencia de
fuentes históricas, etnográficas y actuales, nos sirve para verificar modelos
explicativos del modo de producción de la sociedad prehistórica rapanui,
mediante el uso de datos de las fuentes para verificar hipótesis arqueológicas
y el uso de datos arqueológicos para refutar o validar afirmaciones históricas
y etnográficas (Estévez y Vila 1995 y 1998). Idealmente, esta metodología sirve
para depurar la metodología de estudio arqueológico y la dirección de los
análisis e interpretaciones (poniendo a prueba nuevos instrumentos conceptuales
en un caso controlable) (Estévez y Vila 1995 y 1998). Como complemento, se
podría revisar, desde una óptica arqueológica, la totalidad de los materiales
rapanui de diversas procedencias que se encuentran en museos y colecciones particulares
(Vila y Ruiz del Olmo 2001, Estévez y Vila 1998), que por su fragilidad o
carácter perecible no se puede esperar que aparezcan en el registro
arqueológico, pero no revisaremos este aspecto en el presente trabajo.
2. RECOPILACIÓN DE FUENTES HISTÓRICAS,
ETNOGRÁFICAS Y ACTUALES
En este apartado se presentan las principales fuentes escritas, de las
cuales se deben analizar las que describan tecnologías tradicionales,
centrándonos en los fragmentos que tengan que ver con los procesos implicados en
la producción y subsistencia en general y los instrumentos de trabajo en
particular, con el objetivo de tomar los hechos definitorios de una sociedad
etnográficamente documentada y redescubrirlos a través de la arqueología.
Para estudiar las fuentes existentes sobre la cultura rapanui, nos
encontramos con una serie de obstáculos y limitaciones, debido a la reducida e
incompleta información que nos ha llegado. Las fuentes históricas en general
padecen de una falta de detalles importantes y se derivan de cortas estadías de
los observadores, limitadas a las áreas vinculadas a los lugares de desembarco.
La barrera del idioma, y las preconcepciones de la época, desvirtuaron aún más
los relatos. Además, contrariamente a otras islas del Pacífico, donde la forma
clásica de la cultura local estaba aún presente en el momento de la llegada de
los primeros europeos, y donde mucha información pudo ser recogida de
informantes que se recordaban claramente del pasado reciente, en Rapa Nui los
eventos que siguieron al momento del clímax cultural fueron suficientemente
violentos como para hacer borrar de la mente de los supervivientes los detalles
de la forma clásica de su cultura y hacerla sobrevivir en forma de leyenda
(Recasens 1984).
Los primeros contactos de los
rapanui con europeos (Figura 1) se remontan a 1722 cuando algunos navegantes,
balleneros y exploradores pasan por la
isla principalmente para el aprovisionamiento de los barcos, el tráfico sexual
con las nativas y el intercambio de productos, que incluian por parte de los
navegantes tijeras, cuchillos y anzuelos de metal, a cambio de artículos
artesanales. No hace falta decir que esto comienza a afectar las tradiciones, con un deterioro
paulatino en la fabricación de algunos objetos de acuerdo a la tecnología y
materia prima local, además de un cambio más o menos drástico en la estructura
social, debido a las nuevas prioridades a causa de la demanda extranjera, que hace perder importancia a artesanos de
artículos como anzuelos o cuchillos de obsidiana, por ejemplo, y en cambio hace
ganarla a artesanos de esculturas de basalto o madera, artículos muy valorados
por los navegantes. Éstos hablan de desorden interno, destrucción de centros ceremoniales,
canibalismo, incendios de aldeas, etc. (Beechey 1931, Cuming 1827-28, Forster
1777, La Pérouse 1797). La ventaja que suponen estas narraciones es que son
contrastables con sitios arqueológicos recientes, contemporáneos a las mismas.
A partir de 1862 comienzan las devastadoras incursiones esclavistas
peruanas, que ejercieron drásticas reducciones en la población rapanui. La
relativa facilidad del primer barco llevado por un grupo de comerciantes para
“reclutar trabajadores” en la isla (pocos días de viaje, ausencia de
autoridades europeas que obstaculizasen la operación y la no resistencia de los
nativos), originó que muchos más barcos viajasen con el mismo objetivo. La
situación empeora con las posteriores epidemias de viruela y tuberculosis que
llevan a la isla 318 esclavos infectados que son repatriados desde el puerto de
El Callao, llegando sólo 16.
En 1864 los primeros misioneros católicos franceses, de la orden de
los Sagrados Corazones, llegan a la isla
(Jaussen 1874), hecho que ocasiona profundos cambios en los patrones de
residencia de los rapanui, alterando, si se podía aún más, la relación entre
los diferentes linajes y sus territorios ancestrales (McCoy 1973). A los que
oponían resistencia, se los reducía por la fuerza, concentrándoles en ciertas
misiones, afectando el sistema de producción local. El hambre y la progresiva
dependencia de los productos ofrecidos por los misioneros y comerciantes, se
hace patente.
En 1868 llega el primer barco chileno con el objetivo de realizar un reconocimiento detallado de la
isla, y es el comienzo de una inacabada historia de de explotación y
extirpaciones (Bate 1885, Castillo 1892, Gana 1885, López 1876). Según el
almirante francés Lapelin en 1872 sólo
175 rapanui quedaban en la isla (Lapelin 1872, Jaussen 1874). En 1877 el total
de la población de la isla fue estimada en 111 personas, un grupo desmoralizado
que conservaba sólo un fragmento del inventario formal de su cultura. En 1886
una expedición norteamericana dirigida por Thomson (Thomson 1889, Cooke 1899)
para reunir material etnográfico para la Smithsonian Institution, recopila gran
cantidad de información, quizá la primera con un cierto grado de valor
científico.
Este es el panorama con el que se encuentran los primeros narradores
más o menos científicos (Routledge 1917 y 1919, Drapkin 1935, Métraux 1940,
1951 y 1957, Englert 1948, 1970 y 1980) (Figura 2). Estas fuentes poseen las
ventajas de ser producto de estadías más largas y trabajos más detallados, pero
sigue tratándose de una visión antropocéntrica, con un desconocimiento total de
la cultura y los conceptos rapanui. Como hemos visto entonces, no podemos
extrapolar la realidad existente en el momento de la llegada de los primeros
observadores, ni la observada por los primeros científicos, a la que existía
antes del contacto.
Al análisis de las fuentes escritas, se deben incorporar, en el caso
de la cultura rapanui, cuya memoria sigue viva en su gente, el análisis de las
narraciones orales, que debe ser realizado en un trabajo en conjunto con un
investigador rapanui, quien puede acceder a las concepciones y lenguaje de los
informantes (Figura 3). Es de vital importancia que se valoren los
conocimientos que se encuentran en la comunidad actual.
3. RECOPILACIÓN DE RESULTADOS
DE ANÁLISIS DE HUELLAS DE USO DE MATERIAL LÍTICO
El análisis funcional a través de las huellas de uso es quizá la
técnica que con más fuerza emergió los últimos años para determinar los usos de
los conjuntos líticos prehistóricos, y se hace indispensable para un estudio
lítico global (integrado a análisis tecnológicos, morfológicos y morfotécnicos,
y, los últimos años, de residuos orgánicos). Este tipo de análisis se
desarrolla para identificar los recursos explotados, la función de los útiles,
los procesos de producción en que los útiles se vieron envueltos, y en general,
para interpretar los patrones de subsistencia de los sitios.
En la presente exposición es nuestra intención trabajar con los
sitios excavados por Stevenson en Rapa
Nui, hacia la interpretación de los artefactos y a la obtención de la materia
prima y su transformación (Stevenson, Shaw y Cristino 1984), y hacia la interpretación
de los patrones de subsistencia en diferentes tipos de asentamientos (Church y
Ellis 1996, Church 1998). (Figura 4). Todos estos sitios tienen la ventaja de
haber sido ocupados hasta épocas tardías, ser funcionalmente diversos y
presentar una distribución geográfica variada dentro de la isla (Figura 5).
Orito es una cantera de obsidiana que fue estudiada con el objetivo de
determinar las estrategias de reducción de los instrumentos líticos utilizados
en el período en el que el sitio fue usado (988 dC±81 – 1675dC±46) (Stevenson,
Shaw y Cristino 1984 y 1988), y ver en futuros trabajos una posible relación
entre éstos y una caracterización general de los conjuntos líticos en los
asentamientos en términos de comportamiento.
Los análisis presentados por Allen (1998) exploran la morfología de
los instrumentos expeditivos del sitio 6-345, una estructura de habitación
(casa en terraza, con umu y hare moa) utilizada entre 1627±52 y
1805±33dC, con el objetivo de obtener información que sirva para comprender mejor
la secuencia de reducción empleada para producir estos útiles.
Church y Ellis (1996) analizaron una muestra del conjunto lítico de un
ana kionga (refugio en cueva), el
sitio 6-356 (Stevenson 1988) con la razón de explorar la manera en que esta
cueva fue ocupada y su relación e importancia en el período de guerras, ya que
se sabe que estas cuevas fueron utilizadas con diferentes propósitos como
residencia, lugar de almacenamiento secreto, enterramiento o refugio (Smith
1961:257).
Church (1998) compara los resultados de los análisis de huellas de uso
de los conjuntos de artefactos de obsidiana de cinco sitios distintos: 6-356 (ana kionga), 10-241 (un sitio de
procesamiento de altura), 11-189 (un asentamiento al aire libre en el
interior), 31-98 (un pequeño jardín-huerto en la costa cerca de La Pérouse) y
La Pérouse (un gran jardín-huerto al interior de La Pérouse).
Rorrer (1998) trabajó con un
registro faunístico de dos cuevas refugio fortificadas, una al interior (sitio
6-356) y la otra en la costa (sitio 6-58). Los análisis de este tipo sirven
para complementar los resultados de los análisis líticos. Idealmente, siempre
deberían desarrollarse ambos niveles de análisis de los sitios, ya que es la
integración de ambos resultados lo que en definitiva tiene un valor
interpretativo coherente. Las especies más representadas en los análisis
faunísticos son los pescados y moluscos, las aves y las ratas, mientras que las
actividades más representadas en los líticos
fueron el trabajo sobre plantas, hueso, madera, piel (mahute), pescado,
aves y ratas.
NOMBRE DEL SITIO
|
DIRECTOR EXCAVACIÓN
|
AÑO EXCAVACIÓN
|
TIPO DE ANÁLISIS
|
AUTOR ANÁLISIS
|
AÑO PUBLICACIÓN
|
6-345
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
|
Allen
|
1998
|
Motu Iti
|
Stevenson, Shaw, Cristino
|
1981
|
Lítico
|
Stevenson et al
|
1984,1988
|
Orito
|
Stevenson, Shaw, Cristino
|
1981
|
Lítico
|
Stevenson et al
|
1984,1988
|
Rano Kau
|
Stevenson, Shaw, Cristino
|
1981
|
Lítico
|
Stevenson et al
|
1984,1988
|
6,356
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
Lítico
Faunístico
|
Church y Ellis
Church
Rorrer
|
1996
1998
1998
|
10,241
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
|
Church y Rigney
|
1998
|
11,189
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
|
Church
|
1998
|
31,98
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
|
Church
|
1998
|
La Pérouse
|
Stevenson
|
1988
|
Lítico
|
Church
|
1998
|
6=58
|
Stevenson
|
1988
|
Faunístico
|
Rorrer
|
1998
|
Figura 4. Tabla de sitios a analizar
4. COMENTARIOS FINALES
Este es un nuevo proyecto de investigación en una etapa muy
incipiente, por lo que aún no hemos abordado un análisis profundo de los sitios
y fuentes presentadas. El objetivo de este trabajo es presentar esta
metodología como idónea para el estudio de la prehistoria de Rapa Nui, donde
existen todas las condiciones para aplicarla a problemáticas concretas.
Por ejemplo, después de haber analizado algunas de las fuentes escritas,
y compararlas con los análisis líticos y faunísticos comentados, a pesar de las
carencias ya explicadas en el caso de las fuentes, queda en evidencia un claro
control por parte de la sociedad prehistórica rapanui sobre su frágil medio y
la explotación de sus recursos, ostentando una enorme capacidad de análisis y
observación del entorno.
Uno de los temas más populares en la literatura arquelógica de Rapa
Nui, ha sido las razones detrás del colapso del sistema social y del
medioambiente en el último cuarto del siglo XVII. Estas discusiones caen dentro
de dos categorías generales: la que explica el escenario de degradación social
y ecológica como consecuencia de una continua historia de explotación de los
recursos y modificación del habitat por parte de los pobladores de la isla
(Bahn y Flenley 1992, Mulloy 1078), y la que argumenta una serie de cambios
climáticos que se venian dando desde finales del Holoceno como variable
significativa que afectó a la población y el medioambiente (Hunter-Anderson
1998, McCall 1993, McCall 1994, Orliac y Orliac 1998).
Los primeros, se
basan en la necesidad de los caciques de mantener unas estrategias económicas
para conservar las fuentes de poder y autoridad, en una sociedad que iba
creciendo demográficamente, y en un ambiente que gradualmente iba decreciendo.
En este modelo los pobladores explotaron los recursos de manera indiscriminada,
hasta llegar a la extinción de animales y plantas. Los segundos, en cambio,
aceptan la necesidad de los caciques de mantener unas estrategias de control,
pero que incluian un control sobre las plantaciones y cosechas y la regulación
sobre la explotación de los recursos marinos de más alto valor. Consideran a
los pobladores prehistóricos como controladores del medioambiente, que a pesar
de sus esfuerzos por conservar los recursos y promover la regenración, sae
vieron superados por unos cambios que irreversiblemente volvieron el clima más
frío y seco, durante la Pequeña Era Glacial.
Después de una
rápida lectura de las fuentes,
parece inverosímil que esta sociedad haya sobreexplotado sus ya escasos
recursos hasta su total desaparición. De todos modos, consideramos precipitado
generar en el estado actual de la investigación, hipótesis de trabajo, pero
vemos cómo una lectura dirigida de fuentes históricas y etnográficas, y
análisis arqueológicos, puede servirnos de guía para la formulación de las
mismas.
Agradecimientos
A Chris Stevenson que me dio una primera oportunidad en Chile,
depositando en mi su confianza para la campaña 2002 en Vaitea, Rapa Nui. A él
deseo expresar mi eterna gratitud, por haberme abierto un espacio donde
entregar un pequeño grano de arena en el universo cultural rapanui.
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