Foto de momia de adulto, tomada en 2010 |
Investigadores de la
Universidad de Chile han analizado la nicotina presente en el pelo de las
momias de San Pedro de Atacama, y al parecer, el cultivo y consumo del tabaco
con fines religiosos, curativos y chamánicos, se inició por el mismo tiempo que
la agricultura en América del Sur. Según los nuevos análisis realizados sobre
56 momias de San Pedro de Atacama, hay
motivos para pensar que el cultivo y consumo del tabaco con fines religiosos y
curativos, incluyendo el uso para el trance chamánico, se inició desde al menos el 100 a.C. Así lo afirman los químicos Javier
Echeverría y Hermann Niemeyer, de
la Universidad de Chile, en un artículo
publicado en The Journal of Archaeological Science. Echeverría y Niemeyer han analizado la nicotina presente
en el pelo de las momias, y los restos arqueológicos asociados a la
parafernalia alucinógena tales como
residuos en las pipas y tabletas de inhalación de estas sustancias, con
resultados sorprendentes. De las 56
momias estudiadas, se observó que en 35 de ellas había restos de nicotina. Sin embargo,
respecto a la creencia extendida de que tomaban comúnmente alucinógenos, se
cree que esta práctica estaba en realidad limitada a los chamanes, que los
utilizaban ocasionalmente para curar enfermedades, dolencias o bien para
conectar con dioses y espíritus del más allá. En el presente estudio, no se han encontrado restos de alucinógenos
en el cabello de ninguna de las momias, lo que podría significar que la antedicha
suposición no es cierta, o bien su uso no estaba tan extendido como se pensaba
hasta ahora.
Restos de cabello de una de las momias |
El consumo de nicotina se produjo
independientemente del estado social que tuviese el individuo, así que era consumida
tanto por estratos sociales altos como bajos. La riqueza de las momias se pudo
averiguar gracias a la multitud de objetos funerarios que se encontraban en sus
tumbas y, de este modo, mediante la cantidad y tipología de éstos, se ha podido
determinar el estatus social de cada individuo. La flora nativa de Chile aún
encierra numerosos misterios, ya que sólo han sido estudiadas el 29% de las
especies potencialmente ricas en alcaloides (sustancias orgánicas que esconden
algunas plantas y que constituyen los excitantes de ciertos productos, como la
nicotina en el tabaco). Aún queda un enorme trabajo fitoquímico por realizar,
especialmente en la zona norte de Chile, siendo uno de los vacíos en el
conocimiento, que buscan suplir con esta investigación. La misma, forma parte
de un proyecto multidisciplinar en desarrollo desde 2010, el cual busca
estudiar las interacciones y movilidad humana entre poblaciones prehispánicas
del norte y centro de Chile, utilizando marcadores biomédicos, genéticos,
químicos y mineralógicos. Existen estudios que
indican que el género Nicotiana tiene su origen en los Andes centrales,
en la zona que ocupan actualmente Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. El
uso del tabaco estaba ampliamente extendido hacia el norte del continente
durante la llegada de los primeros europeos. No se sabe si la planta era
recolectada localmente o si era importada desde regiones vecinas, y tampoco se
sabe qué especie de Nicotiana se consumía. La forma en que se consumía
tampoco ha sido determinada, aunque durante el período de tiempo en que se ha
demostrado su consumo en la zona atacameña, aparecen en los enterramientos
tanto pipas como tabletas. Estudios etnográficos en toda Sudamérica sugieren
que el tabaco fue fumado, ingerido y también inhalado. En las distintas
culturas americanas precolombinas el tabaco jugó ¡y sigue jugando! un rol
preponderante en el contexto ceremonial y espiritual.
Pipa, parte del ajuar de una de las momias de san Pedro de Atacama |
En una serie de análisis
fitoquímicos se ha encontrado también una especie de cactus rica en feniletilaminas
y una especie de la familia Solanaceae, que resultó ser una nueva fuente de
nicotina. Paralelamente, el equipo
continúa trabajando en el análisis de la parafernalia asociada al consumo de sustancias psicotrópicas. ¿Cuándo se
pobló el continente americano? ¿El cultivo y consumo del tabaco surgió al mismo
tiempo que la agricultura en América del Sur? ¿El tabaco producía efectos
alucinógenos? ¿Con qué fines se consumía? La presente investigación puede
arrojar luz sobre éstas y otras intrincadas cuestiones.
Pipa, parte del ajuar de una de las momias de San Pedro de Atacama |
Las primeras evidencias
de ocupación humana en el desierto de Atacama se remontan a 9000 a.C., en la
Cueva de Tuina. Sin embargo, la ocupación de grupos sedentarios ocurrió
solamente después del desarrollo de la domesticación de animales y del cultivo
de vegetales. Aquí, la momificación de los cuerpos se ha producido de
forma natural, a diferencia de las momias egipcias, debido a la extrema aridez
del terreno y a la salinidad del suelo. Este hecho casual ha permitido
conservarlas en un magnífico estado de conservación, provistas de cabello y
ajuar funerario, incluidos elementos rituales y domésticos como las pipas y las
tabletas de inhalación, con las que consumían las especies de tabaco silvestre
que contienen una gran variedad de sustancias alcaloides y no alcaloides
que complementan e incrementan sus efectos farmacológicos en el cuerpo humano.
La masticación de coca también estaba fuertemente arraigada en Chile, donde pudo
surgir hace unos 2.000 años con la finalidad de combatir el llamado mal de
altura, muy distinto al uso dado por las sociedades contemporáneas a su
principal alcaloide, la cocaína, que se usa como un fuerte estimulante.
Tableta usada para inhalar sustancias alucinógenas. San Pedro de Atacama |
En su discurso conocido
con el nombre de Meditación de la técnica (1933), el filósofo español
José Ortega y Gasset (1883-1955) dice que el ser humano no se conforma con
estar en el mundo, sino que busca su bienestar, a diferencia del animal, que
«... por ser atécnico, tiene que arreglárselas con lo que encuentra dado ahí y
fastidiarse o morir cuando no encuentra lo que necesita...». Pero el uso de la
técnica no se reduce a satisfacer las necesidades básicas del individuo, como
calentarse o alimentarse; el ser humano busca su bienestar en el mundo. «La
droga, el estupefaciente, es un invento tan primitivo como el que más. Tanto,
que no es cosa clara, por ejemplo, si el fuego se inventó primero para evitar
el frío (...) o más bien para embriagarse. Los pueblos más primitivos usan las
cuevas para encender fuego en ellas y ponerse a sudar en forma tal que entre el
humo y el exceso de temperatura caen en trance de cuasi embriaguez», afirma el
filósofo madrileño.
Enlace: Escuchar noticia en programa radiofónico "Otros Mundos"
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Oasis en el desierto de Atacama |
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